diumenge, 21 de juny del 2009

Cosas bonitas que te dicen en sábado

Como por ejemplo, que tu casa es acogedora.
Exactamente que es un trocito de paraíso.
Y tú la miras. A la casa, no a la persona que lo dice y te das cuenta que es así. Que los años invertidos, que la ilusión, que todo, al final, tiene este aspecto.
Endoor tiene algo de vieja dama coqueta. Lo ha tenido siempre pero ahora, estos últimos años, un poco más.
¿Qué hace que una casa sea un hogar?
No hay fórmula mágica. De hecho, tu casa es el reflejo de quién eres (de todos los quiénes que la habitan, la cuidan, la miman) Sino crees en tu casa, ella no cree en ti, y pasa a ser un edificio más o menos bien equipado sin ningun tipo de alma.
Te cubre la cabeza y el culo, te sostiene el cable de la luz y el ADSL y no le pidas más. Te soporta tanto como tu a ella. Y cuando vienen las visitas no saben cómo sentarse. Les incomoda.
Nunca quise vivir en un lugar que no amase. Y esto no significa que Endoor esté llena de lujos ni de cosas caras. Pero en cada uno de los rincones que mires hay una historia. Una lucha. Un regalo. Una sonrisa.
Y sobretodo, no es algo que se consigue solo. Somos un buen equipo aquí. Ricard, la casa, los peces gordinflones, Chuita, los gusanos duritos y yo. Y a veces, depende de la temporada, Lando. Nos gusta estar aquí, y a Endoor le gusta que estemos.
Por esto, cuando vienen las visitas se les iluminan los ojos y te susurran que es tan acogedora.
Casi se puede oír suspirar de orgullo a Endoor.
Ya os dije que era una vieja dama coqueta.
Y la quiero un montón.

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