dissabte, 27 de juny del 2009

Esto es el capítulo piloto de una semana rara rara rara

Una semana rara.
Tú ya sabes lo que es esto.
Taquicardias, ojos llorosos, flojeriza idiotizada en la base del cráneo, sensación perpetua de dos deja vú y un café con leche...
Suma y sigue.
Que hace viento y las penas cuelgan mojadas.
Se mueren los grandes, los pequeños y los que, de haber nacido, serían buenos. Se nos fue otro. El que era negro, el que era blanco, el que siempre estaba en boca de todos como los cigarrillos mentolados o los bombones de la caja roja.
Que sí que no, que caiga un chaparrón...

Michael, ¿dónde irás ahora? ¿Al cielo de los calcetines blancos? Todos dicen que te echarán de menos. Creo que te mienten. Hace mucho que te echan de menos, justo desde el momento en el que te convertiste en él, el tonto y el loco. ¿Dónde fuiste entonces?
Se murió el Jackson y se llevó nuestra adolescencia a un agujero profundo.
Las bombas caen cerca.
Y pasó un San Juan.
Con coca.
Pasó. Adiós adiós. Gimieron los perros y las perras en celo encontraron sus amores de barca y arena. ¡Ay gitano! ¿Gitano? ¡Qué digo! Que donde digo digo digo diego.
La borrachera no dura para siempre y las camas relucen serenas. Los perros se escapan, las casas se deslucen. Las palabras cruzan raudas.
De mi boca a tu boca, un bofetón en el corazón. Pom! ¿Duele? Haber escogido muerte. Que hace calor, que se achicharra el mundo. ¿No lo ves? Míralo. Arde. Y apesta.
Señora, ¡tapese! Es verano y las lorcitas lucen grasientas en la barbacoa del diablo. ¿Qué pecado capital esconde usted, mi buen señor? Esos ojos... tan ...
Semana rara. Piden, piden y piden. No sale nada. Se agotó el oasis. Era un espejismo.
Y se nos murió el negro y el blanco. El de las tiritas y la piel de cartón.
Se nos fue el niño cantor.
Murió el rey.
Las niñas lloran, y las brujas se peinan.
Me duele la cabeza y me voy a hacer palmeritas hojaldradas.
Sin motivo.
Porque me da la gana.
Y las ganas mandan...
Mandan mandarinas.
¿Sí?

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada